Guerras de la antigua Grecia
Las polis griegas combatían entre ellas frecuentemente. En la Guerra del Peloponeso, por ejemplo, Atenas  y Esparta lucharon entre ellas durante 27 años. Cuando se veían  amenazadas por un enemigo extranjero, sin embargo, las ciudades-estado  olvidaban sus peleas, se aliaban, y combatían juntas.

El principal enemigo de los griegos era el Imperio Persa.  Los combates contra Persia duraron desde 490 hasta 449 a. de C. Los  reyes persas intentaban constantemente someter a Grecia y hacerla parte  de su imperio. La primera vez que los griegos pudieron detenerlos fue en  la Batalla de Maratón, y esto les hizo ganar confianza en sí mismos. Finalmente, en 330 a. de C., bajo el mando de Alejandro Magno, fue Grecia la que terminó invadiendo al Imperio Persa.
La polis más guerrera de la Antigua Grecia  era Esparta. En ella los niños eran separados de su familia a los 7  años y desde ese entonces eran entrenados para el combate. A los 20 años  se volvían soldados y se dedicaban exclusivamente a pelear. Los  espartanos no habrían podido subsistir si no hubieran tenido esclavos  conocidos como hilotas, que se ocupaban de plantar sus cultivos. Los  griegos decían que un soldado espartano valía por muchos soldados de  otro tipo.
La unidad distintiva del ejército griego era el hoplita.  Se trataba de un ciudadano-soldado que iba de a pie, y se destacaba por  llevar un armamento bastante pesado. Cuando entraban en combate, los  hoplitas unían sus escudos y empuñaban sus lanzas, formando un enorme  tanque humano que arrasaba a los enemigos. Esta formación se conoce como  falange.
Si bien los griegos poseían arqueros y caballería, eran los hoplitas los que definían las batallas.
